A veces cuando estamos a punto de conseguir nuestros sueños, no nos lo acabamos de creer, pensamos que eso no es para nosotras, que es demasiado bueno para ser verdad, que no estamos preparadas o que no nos va a salir bien.

Creemos que nos estamos auto engañando y que también engañaremos a los demás.

Fruto de todos estos pensamientos que indican un fuerte temor tanto al éxito cómo al fracaso está lo que llamamos el síndrome del impostor.

Si les hacemos frente y razonamos todos éstos pensamientos negativos e irracionales, veremos que nada de lo que nos estamos diciendo es verdad.

Si repasamos nuestra formación y nuestra experiencia veremos que estamos sobradamente preparadas y que lo único que debemos hacer es dejar que todo lo bueno nos alcance, sintiéndonos merecedoras de ello y así estaríamos diciendo ¡NO¡ al síndrome del impostor.