A veces tenemos una vocecilla interior que nos dice cosas ofensivas, que nos desmotiva, que nos tira para abajo, incluso nos insulta, nos menosprecia, nos ridiculiza… Llevo tanto tiempo observándola. Desde que comencé a ser consciente de ella, ya no dejo que me domine. Sé que después de estar oyéndola sin darme cuenta, mi estado de ánimo cambia, me siento desvitalizada, sin fuerzas ni ganas de hacer nada.

Pero si por el contrario me doy cuenta, tomo distancia ya que yo no soy es voz y desde ese lugar consigo que no me afecte, le voy quitado poder, hasta que se calla por completo. Es cómo cuando bajas el volumen del móvil o de la radio tv etc. La puedes dejar muda y puedes cambiar de canal verdad? Pués con la voz interior podemos hacer lo mismo, silenciarla y cambiar de canal, o sea cambiar, sustituir esos pensamientos por otros que nos empoderen y nos ayuden a vivir mejor.

Pero sepamos de dónde proviene esa voz. Viene de todo lo que hemos ido grabando en nuestra infancia, de lo que oíamos de nosotros mismos, de nuestros padres, tutores, maestros, familiares, de cómo ellos nos hablaban, luego sin darnos cuenta lo vamos a ir reproduciendo y nos vamos a tratar igual que ellos lo hicieron. Pero no todo está perdido podemos desactivar esa voz solamente dándonos cuenta de que está ahí. Y no permitiéndole que nos amargue la existencia.

Cojamos las riendas de nuestra voz interior y que trabaje a nuestro favor. Y aunque al principio nos cueste identificarla…(son muchos años ahí y no se deja tan fácilmente dominar), si somos perseverantes al final se hará de forma automática y ya no nos influirá ni en nuestro estado de ánimo ni en nuestra actitud, pero como todo lleva tiempo y hay que entrenar y no desfallecer. Y cuidado que en días más sensibles o que estamos más débiles volverá a aparecer pero ahora ya tenemos las herramientas para enfrentarla y sabremos hacerle frente. Un abrazo.