La inteligencia emocional es el arte de gestionar las emociones identificarlas comprenderlas manejarlas Para favorecer las relaciones tanto con uno mismo cómo con los demás. Y poder enfocarse en los objetivos y metas sin abandonarlas por un arrebato o crisis.

Daniel Goleman fue quien le dio popularidad a éste concepto. Pero lo que nos interesa es sabe cómo podemos ampliarla. A continuación os comparto unos sencillos pasos.

  • Lo primero será ver que emoción se está escondiendo detrás de tus actos Detección.
  • Segundo no juzgar la forma en que te sientes. Esto solo agravaría tu estado de ánimo.
  • Tercero ver que te está queriendo decir tu cuerpo, cual es el mensaje que se esconde detrás  de ese síntoma. O somatización.
  • Cuarto controlar lo que estás pensando. Ya sabes detecto paro y cambio.
  • Quinto aprender habilidades afectivas y sociales para un mejor interacción con los demás y el entorno.
  • Sexto Flexibilidad, responsabilidad social, adaptación a la realidad, solución de problemas, asertividad, respeto por uno mismo, estabilidad emocional, optimismo, automotivación, regulación efectiva de las emociones y expresión de las mismas.

Cuando poseemos estas cualidades es más fácil que podamos enfrentarnos a una situación de dificultad, a un momento duro, ya que poseeremos las herramientas que nos van a ayudar a poder hacerle frente sin hundirnos e incluso salir fortalecidos del trance o experiencia. Es decir de manera resiliente.

La resiliencia consiste en ello, en resurgir de un hecho traumático o difícil y poder aprovecharlo en nuestro beneficio y el de los demás, en el caso de que estén pasando o hayan pasado por algún hecho de similares características.

Es un término que aunque proviene de la metalurgia y la capacidad de los metales de poder volver a su forma original después de haberlos manipulado, frecuentemente se usa en psicología:

  • Asertividad es la capacidad de conseguir lo que necesitamos o queremos  respetando tanto nuestros derechos como los de los demás.
  • Empatía saber sentir lo que siente el otro poniéndonos en sus zapatos y desde ahí razonar como lo haría esa persona. Poder ver las cosas desde su punto de vista.  Todas estas cualidades son necesarias si se quiere tener una buena inteligencia emocional