Hola corazones. Como ya sabéis mi madre tiene principios de demencia y ya no puede vivir sola, también se quedó sin amigas. Unas fallecieron y otras fueron también a una residencia igual que ella. Al principio pensamos que era algo temporal, ingresó para rehabilitación por rotura de cadera. Después se fracturó el hombro y también comenzaron a aparecer las alucinaciones, decidimos junto al equipo de dirección, que lo mejor para ella y para todos sería que continuará allí. 

Ella se encontraba muy feliz, cuidada en todo momento, acompañada y muy bien tratada. Después de una adaptación al centro y a las cuidadoras usuarias y demás personal, se encontraba genial. Dé repente todo cambió, unas inundaciones hicieron que todos los ancianos tuvieran que cambiar de residencia  y mi madre perdió la sonrisa. Estuvieron dos meses y aunque se iba acostumbrando al nuevo centro, nada era igual. Hoy ya de nuevo está en la residencia primera, es la segunda visita que le hacemos, la primera seguía muy seria por tanto cambio.

Y hoy de nuevo lucía su mejor sonrisa. Ha sido tan gratificante para mí verla tan radiante, que mi energía ha subido cómo la espuma, yo también estaba feliz de verla de nuevo tan bien. Además ha venido su nieta con nosotros y como no viene tan a menudo, con los exámenes y demás, aún la alegría ha sido mayor. Yo me he quedado en un segundo plano y mi marido igual, sólo tenía ojos para su nieta, se lo he dicho bromeando y me ha contestado que no, que a mí también me quiere mucho, que no me pusiera celosa .

La he visto más cuerda que nunca y se me ha quedado una sensación maravillosa de verla tan agusto. A veces tenemos muchos prejuicios con las residencias y en ocasiones, no digo siempre, es una buenísima opción. También, esta es muy familiar, no llegan a 50 los residentes que hay y eso se nota. Bueno esto es lo que hoy os quería compartir. Fuera dramas y veamos lo positivo de cada situación que nos toque vivir. Un abrazo corazones.