Hay días en los que nos levantamos y estamos muy tristes, nada de lo que antes nos gustaba o nos hacía ilusión consigue cambiar nuestro estado de ánimo, Nos sentimos mal, como si una nube negra nos envolviera y no nos dejase ser felices, la paz, la armonía, la tranquilidad y la alegría brillan por su ausencia.

Pensamos qué nos está pasando, intentamos saber el porqué de éste estado uno conseguimos descubrirlo. Vamos viendo las causas que nos han hecho llegar ahí. Y nada nos parece tan grave para estar así. 

Lo mejor que podemos hacer en uno de estos días negros es aceptar que todo está bien ,no juzgamos nuestras emociones, nos cuidamos, si podemos lo compartimos con alguien de confianza o lo escribimos y dejamos que vaya pasando.

Abrazamos ese estado e intentamos no machacamos por no estar mejor, procuramos cuidarnos y pensar esto también pasará. En éstos momentos es cuándo más nos tenemos que cuidar mimar y querer. Ya que es cuándo más sensibles nos encontramos, procuremos ser nuestra mejor compañía. Y esa nube negra igual que vino se irá.