A veces nos tenemos que adaptar de pronto a una situación que no nos habíamos planteado, nadie nos anticipó nada y aunque no sea algo negativo, esto nos exige una gran capacidad de adaptación para no caer en el estrés ni tener un episodio de ansiedad o descontrol emocional, irá, etc.
En éstos momentos debemos valorar los pros y los contras de esa nueva situación y hacer una parada.

Respirar ver cómo nos encontramos, cómo nos sentimos, cómo está nuestro cuerpo. Es muy útil ver dónde notamos que está esa tensión ,e intentar relajar la parte de nuestro cuerpo tensa Respirando hondo e intentando llevar la respiración hacia ese punto que nos oprime y notamos sobrecargado.

Si por ej. Tenemos que acometer muchas tareas y disponemos de poco tiempo. Aunque sea una paradoja el parar y hacer éste ejercicio, por qué nos puede dar la sensación de que perdemos el poco tiempo de que disponemos, no es así en absoluto.

Ya que habremos recobrado la calma, esa paz interior que nos va a permitir hacer todo lo que tenemos entre manos con una disposición muchísimo mejor que si las hacemos en un estado de nervios y de descontrol. Por todo ello os digo, ante un cambio de planes que nos supone un extra de tareas etc. Un momento de calma y reflexión con respiración consciente será la mejor opción,