Principalmente en Gestalt se trabajan las emociones a través de las sensaciones corporales, se trabaja en tiempo presente con lo que está ocurriendo aquí y ahora. Aunque la experiencia haya sido vivida hace años, lo que cuenta es cómo te está repercutiendo ahora, para poder vivir tu presente desde la libertad, que da el soltar esos dolores enquistados, siempre buscando tú autenticidad.

Se trata de vivir desde tu responsabilidad y tú darte cuenta de cómo son  tus conductas y de cómo pueden estar afectando en tus relaciones, en tu entorno y contigo mismo, se trabaja de forma holística, es decir integrando cuerpo mente y emoción. Con diversas técnicas y propuestas arte, dibujo modelado, voz, todo es aprovechable para sacar  tu propio contenido lo que quieres expresar.

Ponemos palabras a tus emociones y vivencias que a veces están ahogadas y enterradas y pugnan por salir originando múltiples trastornos. Es una voz que quiere ser oída. Construimos un puzle con las piezas de tu vida y las ponemos cada una en su lugar para que esa energía que quedó bloqueada se desbloquee y la persona recupere su vitalidad primigenia. Dotamos de herramientas para que cada cliente que acude a terapia, pueda hacerse cargo de sus propias vidas y lo que le acontece con el menor coste emocional y el mayor beneficio, tanto para él como para las personas que se crucen en su camino.

Ya qué hacemos que se saquen todos los talentos y potencialidades y la persona pueda vivir su vida de la mejor manera. Trabajamos con el pensamiento, la observación de éste, poniendo en relieve los pensamientos tóxicos intrusivos e irracionales los detectamos paramos y sustituimos. A través de las fantasías dirigidas aprendemos a imaginar situaciones para luego poder trabajar con la silla vacía, es decir sacando fuera de nosotros el problema que nos ocupa y entablando un diálogo con ello.

Con esa parte que no podemos ver, o sombra, con esa persona con la que queremos solucionar algo o quedó algún asunto pendiente, también si es alguien que ya se ha ido y queremos cerrar un duelo o comprender algo que quedó inconcluso, y podría seguir escribiendo sobre esta maravillosa terapia, que en definitiva nos enseña a aceptar lo que llega desde la calma, no desde la resignación y a ser mejores personas. Fluyendo con la vida y dando lo mejor de nosotras/os mismas.

Tengo muchísimo que agradecer a esta terapia que me ayudó a conocerme,  a saber poner límites y a decir no, a quitar la sonrisa cuando en mi interior no la siento, a quererme y aceptarme, a no seguir con lo que no va conmigo en todos los aspectos de mi vida, a no auto sabotearme, a ser agradecida, a saber darme mi lugar (en esto aún sigo trabajando), a sentirme merecedora de todo lo bueno, a pelear por lo que quiero y no tener una postura pasiva sino proactiva.

A ser resiliente y renaciendo como el ave Fénix , a sacar lo mejor de mí misma e incluso poder apoyar a otros/as a auto descubrirme y crecer interiormente. Pienso que es una terapia muy completa y yo la completo aún más con los registros Akáshicos, que te guían en tu vida y te ayudan a oír tu voz interior o intuición, lo que dicta tu corazón y tu mente quiere tapar, la voz de tu alma. También esta herramienta hace que las personas se abran y confíen de una forma mucho más rápida, con lo cuál lo que se consigue en tres sesiones se puede conseguir en una. Utilizo el tarot de los mensajes Akáshicos para el mismo fin.